Científicos de la Universidad
Politécnica de Madrid (UPM) descubrieron un método que permite
detectar en el aire, y en un plazo que puede ser inferior a 24 horas, la
bacteria “Legionella pneumophila”, causante de la legionelosis,
una infección grave de los pulmones.
El grupo de investigación
está especializado en estudiar las partículas biológicas en el aire como
bacterias, esporas o granos de polen mediante métodos genómicos. Dentro de esta
línea de trabajo y en el marco del proyecto AirBiota-CM los
investigadores idearon un protocolo para detectar esa bacteria.
El nuevo método no permite
conocer si la bacteria es infecciosa o no, aunque su simple presencia ya puede
suponer un riesgo para la población, por lo que su rápida detección puede
evitar la aparición de brotes de legionelosis o formas más leves de la
enfermedad, como la fiebre de Pontiac, causada por la simple
exposición a partes de la bacteria.
La legionelosis es una infección grave de
los pulmones que se origina con la inhalación de bacterias; en Europa la
mayoría de los casos son originados por la bacteria “Legionella pneumophila”,
que se transmite por el aire en aerosoles que suelen originarse en fuentes de
agua, torres de refrigeración o espás.
Hoy día, todos estos
sistemas de agua están controlados mediante una normativa para evitar el
desarrollo de dicha bacteria, su propagación y posibles infecciones. Los
métodos que se emplean para su detección y control son variados y eficaces,
pero la mayoría de ellos como por ejemplo el cultivo microbiológico requiere
varios días para proporcionar un resultado concluyente sobre la presencia de la
bacteria.
Para recolectar las
partículas del aire, el nuevo sistema utiliza un dispositivo inventado y
patentado por varios miembros del equipo de investigación, que consiste en
un captador móvil acoplado a un dron, o bien uno estático utilizado por la
comunidad científica para cuantificar los niveles de polen de las ciudades.
Las partículas, incluidas
las bacterias, quedan atrapadas sobre una sustancia adherente y,
posteriormente, el material genético de esas partículas es extraído y analizado
directamente mediante un sistema que confirma la presencia de la “Legionella
pneumophila” en menos de 24 horas.