Existe una gran tendencia de los jóvenes de 25 años de reducir el consumo de leche y lácteos, sin reemplazarlos por fuentes alternativas, causando más perjuicio al cambiar la fuente de animal a vegetal.
Combatir la Osteoporosis
Un estudio británico reflejó que el 20% de los menores de 25 años, redujeron o eliminaron completamente el consumo de cualquier tipo de lácteos en su dieta.
Otro estudio también mostró que casi el 50% de los jóvenes entre 16 y 24 años afirmaban tener intolerancia a la lactosa, de los cuales sólo el 24% tenían un diagnóstico que lo respaldaba.
La Sociedad Nacional para la Osteoporosis de Reino Unido afirma que eliminar este alimento de la dieta es perjudicial, salvo que se sustituya por otros alimentos o suplementos que cubran con los nutrientes requeridos.
Eliminar los productos lácteos, es quitarles la fuente de calcio perjudicando la formación de los huesos en la gente joven, justo en el momento en que el hueso se encuentra en su punto más fuerte y más densidad ósea en toda su edad adulta temprana.
La densidad sigue creciendo hasta el final de la década de los 20, cuando aparece la oportunidad que tiene el individuo para desarrollar unos huesos fuertes.
Los aportes de la leche de origen animal
La dosis de calcio diario que se recomienda ingerir para los adultos es de 700 mg, para los niños entre los 11 y 18 años es de 1000mg. El calcio de origen animal tiene la capacidad antihipertensiva y dificulta la absorción de las grasas impidiendo el síndrome metabólico.
Además del calcio, los componentes nutricionales que aporta la leche son:
Hidratos de Carbono, la cual se caracteriza por un bajo índice glucémico, produciendo una baja respuesta a la insulina, disminuyendo el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.
Acidos grasos, los cuales no afectan a los niveles de colesterol. Además, los triglicéridos que resultan de estos ácidos no producen tejido adiposo. Los ácidos de origen animal incrementan los niveles de HDL o colesterol bueno y contribuyen a la síntesis de ácido linoléico, cuyo efecto es antiaterogénica y antioxidante.
Proteínas de alta digestión, alto valor biológico y al digerirse producen sensación saciante del apetito, evitando que sigamos comiendo.
Daniel Esgardo Rangel Barón destaca que existe muchísimo interés en sustituir la leche animal por la leche vegetal, la cual no se considera por la legislación como producto lácteo, sólo puede considerarse como una alternativa en el caso que sea por diagnóstico médico y siempre alternándola con los lácteos dentro de una dieta saludable.