Basilea, en Suiza, revelaron los mecanismos moleculares que vinculan el
aumento de las hormonas del estrés con la metástasis del cáncer.
A través de un estudio realizado
encontraron que los derivados sintéticos de las hormonas del estrés, que se usan frecuentemente
como antiinflamatorios en la terapia del cáncer, disminuyen la
eficacia de la quimioterapia.
Estos resultados provienen
de modelos de cáncer de mama derivados de pacientes en ratones
y pueden tener implicaciones para el tratamiento de pacientes con cáncer de
mama, según informan los investigadores en la revista científica “Nature”.
Un obstáculo importante en
el tratamiento del cáncer de mama metastásico es el fenómeno de
la heterogeneidad tumoral. A medida que avanza la enfermedad, el tumor se
vuelve más diverso y la diferencia entre las células cancerosas puede llevar a
un tratamiento inadecuado.
Debido a que los mecanismos
subyacentes de este fenómeno siguen sin estar claros, el grupo de investigación
del profesor Mohamed Bentires-Alj del Departamento de Biomedicina de la
Universidad de Basilea y el Hospital Universitario de Basilea, ha estado
estudiando las células de una forma de cáncer altamente metastásica conocida
como triple cáncer de mama negativo. Este tipo de cáncer es
resistente a las terapias estándar, lo que deja a los pacientes con menos
opciones de tratamiento.
El estrés acelera la metástasis
Para explorar la
heterogeneidad entre tumores y metástasis, los científicos analizaron la
actividad de los genes en un modelo de ratón de cáncer de mama. Encontraron que
las metástasis tienen una mayor actividad de los receptores de glucocorticoides
(GR) que median los efectos de las hormonas del estrés como el cortisol.
Las concentraciones de las
hormonas del estrés cortisol y corticosterona fueron mayores en
ratones con metástasis que en aquellos sin metástasis. Los científicos
muestran que los niveles elevados de estas hormonas del estrés activan los
glucocorticoides, lo que provoca un aumento de la colonización y la heterogeneidad
de las células cancerosas y, en última instancia, una supervivencia más corta.
Los glucocorticoides
también participan en los efectos de los derivados sintéticos del cortisol,
como la dexametasona, que se usa ampliamente para tratar los efectos
secundarios de la quimioterapia. El grupo de investigación muestra que en
ratones con células metastásicas, la eficacia del fármaco de quimioterapia
paclitaxel se redujo cuando se administró en combinación con dexametasona.