Los resultados, publicados en la revista Scientific Reports, muestran que el deporte
permite modular diversos factores participantes en la comunicación molecular, a través de elementos
liberados en la sangre, entre el
músculo esquelético y el cerebro. Estos componentes, tales como
la enzima catepsina B (CTSB) y el factor neurotrófico derivado del cerebro
(BDNF), están relacionados con la supervivencia neuronal.
Para esta investigación participaron 86 hombres de entre 17 y 68
años de edad con distintos niveles de actividad física, entre los que se incluyó
un grupo de jugadores de rugby con una media de entre 15 y 35 años de práctica
deportiva del Club de Rugby Barcelona y
de los clubes de rugby de veteranos XV Matusalem Rugby Sant Cugat y King’s
Pebrots.
De manera que “los estudios realizados en deportistas veteranos
que han practicado ejercicio durante la mayor parte de sus vidas, proporcionan
una nueva perspectiva para comprender el impacto del entrenamiento a largo
plazo en aspectos como la neuroprotección. De hecho, en los jugadores de rugby
hemos encontrado mejoras significativas en las pruebas de recuerdo selectivo
libre y facilitado cuando se compararon con sujetos de la misma edad, pero
sedentarios”, explicó Coral Sanfeliu, la
investigadora del (CSIC), quien dedujo que estas pruebas, conocidas como FCSRT
por sus siglas en inglés, sirven para medir el aprendizaje verbal y la memoria.
En este sentido, estos
resultados avalan el
impacto positivo del entrenamiento con ejercicios a largo plazo para
retrasar el inicio de la pérdida fisiológica de la memoria y la modulación
periférica neurotrófica y redox asociada, ayudando a mantener la memoria a la
vez que envejecemos.
Además, sugieren la efectividad del ejercicio como estrategia
preventiva contra la pérdida de la memoria relacionada con la edad y la
neurodegeneración, especialmente en patologías en las que esta pérdida es un
distintivo como es el caso de la Enfermedad de
Alzheimer.
La disminución de la capacidad de aprendizaje o de la memoria y la
neurogénesis del hipocampo son algunas de las consecuencias normales del
envejecimiento cerebral. La prevención es un elemento clave para contrarrestar
sus efectos.