Puede pasar que escuchemos una canción y no podamos dejar de tararearla, sin importar si es nuestra favorita o no, como también ocurre que escuchamos una melodía vieja y aún la recordamos con precisión.
Música pegajosa
La psicóloga musical Kelly Jakubowski de la Universidad de Durham en Inglaterra, participó en un estudio acerca de las reacciones de la gente a las tonadas pegajosas, conocidas como visualizaciones musicales involuntarias.´
Esta investigación analizó los mecanismos que usaron estas personas para librarse del incensaste tarareo, quienes coincidieron en su mayoría en estos tres trucos:
- Darle la bienvenida a la melodía, escucharla completa.
- Buscar otras notas para distraerte, buscar otras melodías de tu agrado como alternativas
- Distraerse de otra manera, tratar de no pensar en el tema y dejar que naturalmente saliera de la cabeza
Jakubowski también participó en otro estudio, junto con colegas de las universidades de Goldsmiths (Londres) y Tübingen (Alemania), analizando las razones por las que una canción podía ser pegajosa, cuyos elementos comunes son:
Cantar es como montar en bicicleta
Existen tres razones por las que podemos recordar las letras de las canciones, aunque no la hemos escuchado por un tiempo:
- Simple exposición. Nunca llegamos a tomar conciencia de la cantidad de oportunidades que escuchamos la misma melodía, la exposición es repetida, aumentando la probabilidad de retener a cualquier estimulo.
- Desencadenante emocional. Podemos vincular la canción a una emoción fuerte. Eventos emotivos que asociamos con la melodía. En este caso se puede recordar sin necesidad de algún estímulo.
- Memoria motora. Sucede cuando también cantamos.
Otra teoría aceptada, sería que la letra de las canciones tiene su propia sección de almacenamiento en el cerebro, separada de la que usa para guardar la melodía.
Efecto Producción
Un estudio realizado en la Universidad McGill de Montreal comenzó analizando el reconocimiento del cerebro a las melodías familiares, encontrando que lo que se aprende haciendo, es mucho más eficaz recordarlo que un aprendizaje pasivo.
Para este análisis, 20 expertos pianistas de Lyon tuvieron que aprender una serie de melodías de forma pasiva y otras mientras las interpretaban. Estas piezas musicales sufrieron modificaciones y ellos las reconocieron en las melodías que ellos habían interpretado.
Este trabajo reveló la importancia del aprendizaje experiencial y su impacto pedagógico y clínico, planteando la posibilidad de utilizar este método para mejorar la memoria o proteger el deterioro cognitivo de las personas mayores.