Algunos niños suelen tener episodios de terror mientras duermen, porque sufren una condición conocida como terrores nocturnos que se pueden manifestar de diferentes formas, con un alto grado de intensidad.
El miedo onírico
La Clínica Mayo describe los terrores nocturnos como episodios de miedo intenso en que la persona grita mientras duerme. Generalmente, se manifiesta con el sonambulismo.
Los Síntomas que suelen presentarse son:
- Sudores, respiración pesada y pulso agitado
- Sentarse en la cama
- Gritar
- Patear y golpear
- Dificultad para despertarse. Mostrará confusión si lo logra
- Bajarse de la cama y recorrer la casa
- Estar inconsolable
- Mirada fija con los ojos bien abiertos
- Bajarse de la cama y recorrer la casa
- Comportamiento agresivo (común en el caso de adultos)
Los padres o los seres queridos llegan a tener una experiencia alarmante y frustrante, al ver la evidente expresión de miedo en sus rostros. Este trastorno se conoce como parasomnia, una reacción anormal del sistema nervioso que ocurre durante el período de sueño
Ocurren en la segunda parte de la noche, en la primera parte de la etapa cuando podemos soñar. Al día siguiente no se tiene recuerdo de lo que causo ese episodio.
5 manifestaciones de trastornos nocturnos
Los trastornos nocturnos pueden alcanzar una duración de 20 minutos y despertar con amnesia. La persona puede repetir la experiencia de nuevo cuando cae en un sueño profundo. Algunas manifestaciones del trastorno:
- Pesadillas
- Alucinaciones hipnagógicas
- Parálisis del sueño, despertar y no poder moverse
- Sexomnia o excitación confusa
- Trastornos del comportamiento REM, sonambulismo u otros movimientos físicos durante el sueño
Cuando se presentan, lo más recomendable es esperar que la persona que lo padece vuelva a la calma por sí sola. Interrumpir el episodio puede ser más peligroso, siendo lo mejor acompañar a la persona para evitar que se cause daño.
Tratamientos
Los expertos de la Clínica Mayo recomiendan tratamientos, en caso que los trastornos afecten excesivamente la rutina diaria de quien padece estos episodios de trastorno nocturno.
Esta condición debe tratarse como cualquier otro trastorno del sueño. La mejor manera de evitarlos es con un descanso suficiente y aprender técnicas que mejoren el estrés. En casos severos puede ser recomendable ingerir medicamentos bajo supervisión médica.
En el caso de los niños suelen desaparecer en la medida que van creciendo y en algunos casos, ayuda enormemente que tengan un perro e incluso duerma cerca del niño.