La memoria y las aptitudes cognitivas se
deterioran con el correr de los años, sin embargo, recientemente un equipo de
científicos de la Universidad
de Yale se encuentra explorando el cerebro de personas
vivientes para comprobar si la depresión acelera ese proceso.
Ante esta alarmante
investigación, los expertos manifestaron que desde hace mucho tiempo, la
depresión está vinculada con problemas cognitivos e incluso puede incidir en la condición de Alzheimer. No obstante, poco se
sabe de la forma en que la depresión puede afectar la parte cognitiva.
Una posibilidad: Las células del cerebro
disparan mensajes a través de redes conectoras llamadas sinapsis. Generalmente, cuantas más sinapsis y más fuertes, mejor para el
conocimiento. Al deteriorarse la parte cognitiva, esas conexiones se encogen o
desaparecen. Hasta ahora, los científicos habían detectado sinapsis solo en
tejidos cerebrales examinados después de muertos.
De allí que los
investigadores emplearon una nueva técnica para estudiar los cerebros de
personas vivientes. Y descubrieron que algunos pacientes con depresión tenían
una densidad de sinapsis inferior a la de las personas saludables de la misma
edad.
Cuanto menor sea la
densidad, más graves son los síntomas depresivos, sobre todo los problemas de
atención y de pérdida de interés en cosas que antes le gustaban a la persona.
En este sentido, la neurocientífica Irina
Esterlis reveló, que no solo estudiaron a ancianos, sino también
a personas de todas las edades, como chicos demasiado jóvenes a fin de percibir
cambios en el cerebro. “Creemos que la depresión puede acelerar el
envejecimiento normal”, agregó.
Por su parte, Jovier Evans, científico
del Instituto Nacional de Salud
Mental, destacó que los estudios llevados a cabo por Esterlis,
por ahora son pequeños. Explicó que para demostrar que la depresión realmente
empeora el deterioro de una persona, se requerirían estudios de mucha más gente
que está envejeciendo, para ver cómo fluctúan las cosas en las personas con y
sin depresión.
Esterlis planea un
estudio más grande y delicado. Explicó que a los voluntarios les inyectan una
sustancia radiactiva que se pega a una proteína en la vesícula y que es usada
por las sinapsis. “Durante una tomografía
PET, las áreas con sinapsis se iluminan, permitiendo a los
investigadores ver cuántas sinapsis hay en diferentes regiones del cerebro”, dijo,
a la vez que indicó que no hay medicinas que ataquen específicamente los daños
causados por las sinapsis.