La Academia de Estadounidense de Pediatría hizo una recomendación en cuanto a no incluir los jugos de frutas, en las dietas de los niños menores de 1 año, retrasando la recomendación publicada en el 2001 que sugerían que se podía dar jugos de frutas desde los 6 meses de edad.
Desde el 1 año con ritmo moderado
Tembién, sostienen que los jugos de frutas deben ser incluidos como alimentos desde el 1° año con moderación hasta cumplir los 3 años, de este modo no se corre el riesgo que ocurra una sustitución de otros alimentos básicos en su desarrollo.
Principalmente, la dieta de un bebé debe estar compuesta por la leche materna, la cual es rica en proteínas, grasa y minerales como el calcio. La leche de fórmula será en caso que exista un impedimento para dar sólo la lactancia.
Los jugos que están incluidos en esta recomendación son aquellos 100% naturales, sin azúcar o cualquier otro componente añadido.
Por el contrario, es mucho más beneficio comer la fruta entera, por su alto contenido en fibra que reduce la absorción del azúcar en nuestro cuerpo, de la misma forma que contribuye a la sensación de saciado. Los jugos pueden prolongar la exposición de los dientes al azúcar también, contribuyendo a la aparición de caries.
En definitiva dentro de las recomendaciones de los miembros de la Asociación de Pediatras, establecieron como límites diario según la edad las siguientes indicaciones:
- Bebes, sólo se acepta cuando sea indicado por el médico
- Niños de 1 a 3 años: 118 ml
- Niños de 4 a 6 años entre 117 y 177 ml
- Niños de 7 a 18 años 236ml
Considerando que una lata de refrescos tienen 330ml, ofrece una idea clara que no es recomendable tomarlo como sustituto del agua.
Al cumplir el año el mundo se abre en la comida
Daniel Esgardo Rangel Barón comenta que para los bebés, cuando comienzan a ser niños, los límites de comidas se expanden, abriéndose múltiples posibilidades de sabores que los padres deben cuidar que sean los más adecuados para el desarrollo saludable de los niños
También es importante estar atentos a la cantidad de las porciones y las texturas de algunos alimentos que podrían atragantar a los niños mientras comen.
Entre las opciones que se permiten se encuentran
- Granos, cereales y legumbres
- Vegetales verdes, zanahorias, maíz, calabaza entre otros
- Frutas como manzana, naranja, pera, plátano y durazno
- Lácteos
- Proteínas cómo Carnes magras, pescados (salvo los mariscos), clara de huevo y pollo
- Grasas como aceite de oliva o semillas y saludables.