La oficina o el trabajo es el lugar que más se presta para darnos la sensación que el ritmo de vida se acelera y que cada vez tenemos menos tiempo para concluir nuestras obligaciones satisfactoriamente y al mismo tiempo, tener más calidad de vida, incluso es posible sentirse abrumado por la cantidad de información que recibimos que puede paralizarnos.
Las insospechadas ventajas de una vida a toda velocidad
Aunque se han muy pocos estudios sobre los efectos de llevar un ritmo acelerado, existe una investigación internacional en 1999 presentado por Robert Levine y Ara Norenzayan, donde se explora profundamente sobre sus efectos.
Este estudio descubrió que las personas que viven en este tipo de entornos, generan la tendencia de ser más productivas, logrando mayor bienestar a nivel subjetivo. Otro reporte, también específica que la vida se acelera en las grandes áreas urbanas, producto de la mayor frecuencia en que las interacciones ocurren, llevando al individuo a un ritmo más rápido de innovación y creación de riquezas.
Es importante distinguirlo del estrés que nos causa angustia, de aquel que es provocado cuando estamos ante un reto importante que tenemos las herramientas, para realizar una tarea difícil que brinda una sensación positiva y placentera.
Denominado como “eustress”, ha ganado más importancia, partiendo del hecho que la mayoría de los trabajadores en Estados Unidos no odian su trabajo. Un mundo más acelerado, aumenta la potencialidad de creatividad y gratificación laboral y personal.
El fenómeno de la automatización ha generado este aceleramiento del estilo de vida de muchos, por cuanto ha sustituido en gran medida a la mano de obra, colocando en una posición alerta a todos los trabajadores. Igualmente la automatización, permite al trabajador no tener que enfocarse en tareas rutinarias y poder ir directamente al grano con grandes dosis de ingenio y creatividad.
No es una opción para los individuos despojarse de los avances tecnológicos que provocaron esta aceleración del ritmo de trabajo, mucho menos hay la certeza de una vuelta al pasado. Esta aceleración ha suscitado un impacto en la sociedad, como lo es el de reducir la inactividad.
Vivir sin estrés es imposible, pero continuamente es devastador
Robert Sapolsky, investigador de la Universidad de Stanford, alerta sobre el problema de vivir continuamente en estado de estrés. En muchas de sus investigaciones, este científico ha demostrado que cuando la situación de estrés se vuelve prolongada, puede provocar o desencadenar distintos síntomas físicos y mentales que disminuyen nuestro estado saludable. Algunos de los que podemos mencionar son:
- Problemas cardíacos debido al aumento de la presión sanguínea
- Enfermedades virales, el estrés baja las defensas dejando vulnerable el sistema inmunológico
- Problemas de la piel, como picazón, escozor, irritación, urticaria, acné, entre otros.
- Dolores de cabeza, el estrés puede afectar nuestro cerebro llegando incluso a ocasionar migraña
- Trastornos mentales, como depresión, ansiedad, ataques de pánico, cambios de ánimo frecuentes
- Trastornos sexuales
- Problemas en la digestión
- Trastornos el sueño