Un
nuevo estudio reveló que para el año 2030 se prevé un incremento en la
incidencia de cáncerde páncreas, una cifra superior al 50%, que además muestra
una mayor presencia en pacientes jóvenes.
El cáncerde páncreas constituye el noveno tumor más frecuente en el mundo, no obstante, los nuevos
esquemas de tratamiento y el empleo de terapias personalizadas han mejorado el
pronóstico, y han permitido que pacientes vivan más tiempo, y con mejor calidad
de vida.
De
acuerdo con la Asociación
Española contra el Cáncer, esta neoplasia aparece como
consecuencia de un crecimiento anómalo de las células que forman parte de este
órgano que se encuentra en el abdomen, justo por detrás de la porción inferior
del estómago.
Las últimas
investigaciones en torno al cáncer de páncreas “abre una ventana de esperanza
para estos pacientes”, aseguró Teresa
Macarulla oncóloga de la Unidad de Tumores Gastrointestinales del
IOB Institute of Oncology en el HospitalQuirónsalud Barcelona. Puntualizó que históricamente el cáncer de páncreas
se ha caracterizado por responder mal a la quimioterapia convencional.
De
esta manera, el futuro de los tratamientos contra el cáncer va encaminado hacia
las terapias
personalizadas. Según explicó, no son iguales todos los
cánceres, ni tampoco todas las personas tienen los mismos síntomas o resisten
igual a los tratamientos.
La oncóloga
participó en el primer
estudio con terapia personalizada en cáncer de páncreas,
el estudio “POLO”.
Este trabajo reveló que un medicamento activo en otros tipos de tumores, “olaparib”, también puede funcionar en
determinados casos de cáncer de páncreas.
De
momento. este fármaco se ha empleado con éxito en el tratamiento
personalizado de cánceres de mama o de ovario, y concretamente en los pacientes
que presentaban una mutación germinal de los genes BRCA1 o BRCA2.
“Aproximadamente un 6-8% de los pacientes con cáncer de páncreas son portadores
de esta mutación y se pueden beneficiar de este tratamiento”, celebró
Macarulla.
“El tratamiento
con un fármaco inhibidor del PARP impide a las células cancerosas reparar el
daño a su ADN, lo que provoca su destrucción y permite prescindir de la
quimioterapia, con la mejoría de los efectos secundarios”, resaltó la oncóloga.