La Cera Protectora: Muchos piensan que por su aspecto y textura es mejor removerla del oído, sin embargo es la mejor protección contra las bacterias.
Bien
sea seca o húmeda, la
cera o cerumen es la mejor protección para los oídos. Aunque no
existen estudios
concluyentes sobre esta sustancia actuando como un escudo
bacteriológico, se sigue sosteniendo que es mejor dejar que naturalmente el
oído lo expele, bien sea para que no entren cuerpos extraños o para lubricarlo.
Seco o Húmedo
Una de las variantes que influyó en que los
estudios no fueran concluyentes se debe a que en algunas
investigaciones el cerumen era húmedo y en otros seco.
Seco o Húmedo
Oído Humano. |
La investigación donde se utilizó el cerumen húmedo dio como resultado la muerte del 99% de todas las bacterias, mostrando que las infecciones ocurren cuando el
sistema de defensa de esta sustancia falla. Sin embargo, con el
seco se obtuvo un efecto neutro y en algunos casos se determinó que la
cera podía ser alimento para la propagación de bacterias.
Lo que determina que un
cerumen sea seco o húmedo está en la carga genética. El cerumen seco se da en poblaciones asiáticas, y en las poblaciones africanas y caucásicas se encuentran los húmedos.
Sacarlo o no sacarlo
Los doctores
enfatizan que "no se debe introducir en el oído nada
más grande que tu codo" para
evitar cualquier daño o irritación en él. Sin embargo, es bien sabido que en
algunas ocasiones puede llegar a ser molesto o antiestético.
El hisopo puede empujar más la cera |
La higiene del oído es
un asunto de cuidado, el hisopo
puede remover el exceso de la cera pero también puede empujar más la cera o en
algunos caso taponearlos con el mismo algodón.
Muchos
médicos recomiendan la forma natural de extraer el cerumen, hablando
y masticando constantemente; el movimiento mandibular
hace que la cera se vaya desplazando desde el interior al exterior. Si la
secreción es excesiva es conveniente visitar a un doctor.
Otra costumbre que va socavando nuestra capacidad auditiva sería
el uso de cascos
o audífonos de forma
prolongada, los efectos serían del envejecimiento
de 20 años del oído. Es recomendable que se utilicen aquellos
audífonos que permitan aislar del exterior y poder colocar la música a
volúmenes más bajos.