Christian Boer creó una nueva fuente tipográfica como un proyecto para graduarse en la universidad, encontrándose con la realidad de la gran demanda que tiene su producto, llevándolo a crear todo un sistema para facilitar la lectura de los disléxicos, con posibilidades de instalarse en las computadoras.
Ayudando a uno, ayudas a otros
En un principio, la idea era ayudarse para poder instalar Dyslexie en su computadora personal, para cuando comenzará a trabajar, sin tener idea de la cantidad de gente que necesitaba una fuente tipográfica como esta.
Se estima que entre el 10 y el 20% de la población tiene alguna forma de dislexia, incluso se corre el riesgo de que más de 700 millones de niños y adultos en el mundo están en riesgo de ser excluidos socialmente y de no ser alfabetizados.
Boer comenzó un estudio de las formas, permitiendo que fuese más sencillo distinguir las letras, por ejemplo, hacer las letras con la parte de abajo voluminosa para que sean más macizas en la base que en la parte superior.
En la fuente predomina la asimetría, algunas tiene palos más largos para que resalten más en las palabras, otras son abultadas en la base. En cuanto a las letras que se parecen, varía la altura cuando se escriben. Las letras que son asimétricas, con la parte superior de la “b” siendo más estrecha que la de la “d”, simplificando su distinción.
Otras letras tienen remates o serifas inusuales que se incorporan a las letras pequeñas líneas añadidas en los extremos de una letra. Por ejemplo, en la “u” la barra vertical en la parte derecha de la letra que tiene un adorno que la hace más larga que el lado derecho de la letra “n”.
Hasta el momento, está fuente ha sido descargada más de 300 mil veces, tanto por usuarios principalmente, como también por escuelas, universidades y empresas.
Detectando la dislexia
Continuando con el uso de la tecnología mejorando la situación de los niños, Dytective es una aplicación para Samsung, presentado conjuntamente con Change Dislexia, desarrollada para tabletas a través de un test a base de juegos lingüísticos y de atención con inteligencia artificial, para la detección temprana de este trastorno visual.
La aplicación forma parte de la campaña: Tecnología con propósito, a fin de eliminar todas las barreras educativas y sociales gracias a la tecnología, para contribuir a la ruptura de barreras apuntando a ser una sociedad mejor.
Daniel Esgardo Rangel Barón destaca que la aplicación se puede utilizar para niños a partir de 7 años, donde analiza más de 200 variables y se le notifica al usuario que tiene el riesgo o no de padecer dislexia, con un 89,5% de precisión, sin que equivalga a un diagnóstico médico.