Los cambios climáticos y el crecimiento desproporcionado de la población generan más problemas de acceso a una fuente segura de agua para su consumo, por ello dispositivos como Life Straw suponen una solución milagrosa para este problema.
Cada vez hay menos agua
Se estima que para el año 2025, la mitad de la población vivirá en lugares cuya demanda exceda de su consumo. Hoy en día, se estima que al menos 2.100 millones de personas no tienen acceso a una fuente de agua saludable y segura.
Por ello, muchas empresas se han abocado a construir purificadores de agua que funcionan con infinidad de mecanismos con una misión en común: purificar el agua para su consumo.
LifeStraw es un mecanismo que tiene la capacidad de limpiar el agua a través de un grupo de fibras largas y huecas encerradas en un tubo de plástico.
La primera versión de este dispositivo funcionaba como un pitillo de bebidas, sumergiendo un extremo en el agua sucia y por el otro extremo una boquilla donde es succionada para tomarla. Este mecanismo “atrapa” cualquier organismo más grande que dos micras o una centésima que es el grosor de un cabello humano.
También atrapa, el 99% de los parásitos y el 99,9999% de las bacterias, como las que causan el cólera, disentería, fiebre tifoidea y más específicamente la lombriz de Guinea, cuyo uso ha disminuido de 3,5 millones en 1986 hasta llegar a solo 25 casos en el 2017.
Ante su efectividad, se han producido dispositivos a gran escala, manteniendo el mismo principio de purificación, luego de desastres naturales como los ocurridos en:
Life Straw
Fundada en 1996 en una vieja fabricas de uniformes, el empresario danés Mikkel Frandsen transformó el negocio de su abuelo, con la visión de mejorar la calidad de vida de las personas en África, comenzando con el agua.
El proyecto de LifeStraw se impulsó para erradicar la lombriz de Guinea, causada por el consumo de agua sucia que no tiene tratamiento ni vacunas para su erradicación, comprobando este dispositivo su efectividad.
Cada vez hay menos agua
Se estima que para el año 2025, la mitad de la población vivirá en lugares cuya demanda exceda de su consumo. Hoy en día, se estima que al menos 2.100 millones de personas no tienen acceso a una fuente de agua saludable y segura.
Por ello, muchas empresas se han abocado a construir purificadores de agua que funcionan con infinidad de mecanismos con una misión en común: purificar el agua para su consumo.
LifeStraw es un mecanismo que tiene la capacidad de limpiar el agua a través de un grupo de fibras largas y huecas encerradas en un tubo de plástico.
La primera versión de este dispositivo funcionaba como un pitillo de bebidas, sumergiendo un extremo en el agua sucia y por el otro extremo una boquilla donde es succionada para tomarla. Este mecanismo “atrapa” cualquier organismo más grande que dos micras o una centésima que es el grosor de un cabello humano.
También atrapa, el 99% de los parásitos y el 99,9999% de las bacterias, como las que causan el cólera, disentería, fiebre tifoidea y más específicamente la lombriz de Guinea, cuyo uso ha disminuido de 3,5 millones en 1986 hasta llegar a solo 25 casos en el 2017.
Ante su efectividad, se han producido dispositivos a gran escala, manteniendo el mismo principio de purificación, luego de desastres naturales como los ocurridos en:
- Haití
- Pakistán
- Tailandia
Life Straw
Fundada en 1996 en una vieja fabricas de uniformes, el empresario danés Mikkel Frandsen transformó el negocio de su abuelo, con la visión de mejorar la calidad de vida de las personas en África, comenzando con el agua.
El proyecto de LifeStraw se impulsó para erradicar la lombriz de Guinea, causada por el consumo de agua sucia que no tiene tratamiento ni vacunas para su erradicación, comprobando este dispositivo su efectividad.
Daniel Esgardo Rangel Barón señala que este dispositivo ha obtenido reconocimientos por lo avanzado de su tecnología en el 2005, como una repuesta a las emergencias causadas por desastres naturales. Las fibras pueden absorber patógenas, como también fibras plásticas altamente contenidas en aguas contaminadas.
Actualmente, se pueden adquirir sus productos, contribuyendo a que poblaciones lejanas en África puedan tener dispositivos purificadores, mejorando la calidad de vida a través de Life Straw.